domingo, 18 de septiembre de 2011

Proyecto Adictos a la escritura: La fotografía


BEATIFUL DAY
Aquel sería un día precioso para mí. Iba a cumplir los veintiún años por fin y salía con mis amigas a celebrarlo, ya no tendría que volver a oír que era menor de edad para entrar a los diferentes sitios y no me podrían impedir comprar tabaco o alcohol en las tiendas, era mayor de edad. Son curiosas estas restricciones de edad tan fuertes en Irlanda, cuando la gente bebe tantísimo y tan jóvenes, pero yo doy fe de que he podido beber con quince años sin necesidad de comprar.
Nos encontramos en la puerta del Temple Bar y no puedo evitar sentirme mayor y orgullosa por ello. Le muestro mi carnet al portero y con una media sonrisa me deja pasar con un “Feliz Cumpleaños, Susan Farrington” como añadido.
Nos encontramos en la penumbra de ese bar tan concurrido y logramos encontrar una mesa libre para las cuatro chicas que éramos. Había un músico al fondo tocando pero no le presté atención, ya que la cantidad de personas que había a su alrededor ocultaba su presencia. ¡Turistas!, pensé para mí, siempre son ellos los que vienen a Irlanda en busca de tabernas de este tipo, en lugar de conocer nuestros parques o monumentos.
Suspiré y fui en busca de las cervezas que todas queríamos en compañía de mi amiga Hannah. Cuando me pusieron las cuatro Guinness en la barra hasta rebasar el vaso, la miré sonriente. Era tan espesa y tan negra, con tanta cantidad que ya sólo beber dos podía marearte, me encantaba, sabía tantísimo a malta… ¡Cómo me gustaba ser mayor!
-          ¡Eh! Esa es Stand by me de Oasisoí a Hannah gritar a su lado.
Volví la cabeza en dirección a la música y la reconocí. Stand by me en versión acústica llegaba a mis oídos y se parecía tanto el sonido que pensé que eran ellos, entonces enfoqué la vista en dirección al único músico que la tocaba. Era un chico sentado en una banqueta acompañado de su guitarra acústica y un micrófono. Seguramente era unos años mayor que yo e iba vestido con camisas de cuadros azul y gris, unos pantalones negros que parecían raídos y unas converses. Me fijé más en él, no era guapo. Su cara de luna y su nariz demasiado grande no era de mi tipo, pero sus ojos azules y el tono de su voz era embriagante.
Tomé a Hannah de la mano y dejamos las cervezas en la mesa donde las demás estaban. Pero yo quería acercarme más y Hannah también parecía con esa intención, así que nos miramos y nos colocamos por donde pudimos para verle mejor.
Acerté al pensar que no era muy guapo, pero el aura que despedía era distinta, de músico, de esas auras que parece que ellos son los únicos que pueden alcanzar. Stand by me había terminado, pero rápidamente sonaron los primeros acordes de “Wake me up when September ends” de Green Day. Cantaba bien y tocaba también genial, podía seguir la canción que sus labios componían y dejaban marchar en forma de melodía. Era emocionante y de su estilo.
Ese chico ya llevaba tocando desde antes de que ellas entrasen en el bar, por lo que anunció que sería su última canción y comenzó a tocar los primeros acordes de “Beatiful Day” de U2, mi favorita de todas ellas.
Me emocioné. Él supo sacar la esencia de esa canción y tocarla a su estilo sin salirse de la característica música de U2. No pude evitar dar un salto de emoción y dejar peligrar el contenido de mi jarra sobre Hannah. Era realmente impresionante.
Sin embargo, acabó. Entre aplausos, el chico comenzó a recoger sus cosas, pero yo no podía dejarle ir, no después de esa versión de mi canción favorita salida de sus labios y manos.
Le dije a Hannah que volvía enseguida y me acerqué a él. Parecía distraído, por lo que no pudo darse cuenta de mi presencia hasta que estuve delante de él. Me miraba curioso y no le dio tiempo a decir nada:
-          ¡Hola! ¿Tomarías una cerveza conmigo? ¡Yo invito!dije sin pensar.
Él miró mi jarra de cerveza ya casi por la mitad y contestó sonriente:
-          Será un placer…
-          ¡Oh, perdón no me presenté!me apresuré a decir. Soy Susan Farrington.
-          Yo soy Sean O’Connellse presentó él dándome la mano.
Ese fue el comienzo de mi relación con Sean. Ese día bebimos, hablamos, nos reímos, bromeamos, nos besamos. Ya no me parecía feo, sino el hombre más interesante que había conocido nunca. Después hubo otras citas, otros encuentros más íntimos en los que cada día me enamoraba más de ese músico de “Beatiful Day”.
Él seguía tocando en bares, pero yo le acompañaba y me quedaba en una esquina de la barra de cualquier pub mirándole y pensando que, sin duda, aquel día fue un bonito día.
-          Y dedico esta canción a mi encantadora novia Susanoía a lo lejos la voz de Sean, antes de escuchar los primeros acordes de esa canción. Nuestra canción.
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¡Hola! Espero que hayáis pasado unas estupendas vacaciones de verano. 
Esta foto no recuerdo si la saqué yo o la sacó mi amiga, pero fue un verano que pasé estudiando en Dublin y tomando cervezas un fin de semana allí estaba ese chico tocando esas canciones antes mencionadas. No sé ni cómo se llamaba, ni qué hacía,sólo sé que tengo otra foto con él de frente y de verdad es como le describo. Me pareció interesante inventarme una historia para él.
Espero que esteis bien. ¡Un besito!